40 años  de pura cumbia
40 años de pura cumbia

Don Teófilo Quiroga Rumiche recuerda, como si fuera ayer, cuando hace casi 50 años llegaba a su casa en el puerto de Chimbote contento por la pesca del día y sin perder la sonrisa cuando el mar se ponía inquieto y no había mucho que llevar a casa. El curtido pescador estaba convencido de que algún día sus sueños de prosperidad, esos que quedaban en esas redes tantas veces trajinadas, se harían realidad. Sueños que alcanzarían inevitables a su esposa Paulina Querevalú y a sus hijos José, Manuel, Ana, Teófilo, Yolanda y Luis. Familia al fin, la querida, la que siempre está allí. Pero el destino tenía reservado sorprendentes caminos a los Quiroga Querevalú. Tras el terremoto de 1970, deben abandonar Chimbote y regresan a Sechura, la santa tierra de don Téofilo, a empezar de nuevo, a comenzar otra historia. “Lo tengo muy clarito en mis recuerdos cuando llegamos a la casa de unos tíos por parte de madre y por primera vez vi una guitarra acústica, me quedé impresionado. Allí empezó todo el gusto por la música”, nos cuenta José Quiroga Querevalú, vocalista de Agua Marina, orquesta que cumple 40 años de trayectoria y de la que papá Teófilo se siente orgulloso.

- Tu papá pescador. ¿Y la música?

Cuando llegamos a Sechura conocimos a tíos que tocaban guitarra, cantaban y también a primos muy buenos músicos, fue así que nos pegamos a ellos. Pero un día mi papá nos sorprendió a todos, agarró una guitarra y comenzó a tocar acordes. Nunca lo habíamos visto hacer eso porque siempre se dedicó a la pesca, eso nos motivó.

-¿Cómo empezó todo?

Debutamos en un evento para Santa Rosa de Lima, un 30 de agosto de 1976, fue en la comisaría de Sechura, en honor a la patrona de la policía y ellos nos felicitaron. Quedamos desde ese día que esa sería la fecha para festejar.

- ¿Imaginaron que llegarían a cumplir 40 años de carrera?

No, pero sí teníamos la ilusión cuando escuchábamos en casa de unos familiares discos de los Beatles y leíamos libros y revistas musicales. Teníamos ese bichito de ser alguien en la música como esos grupos internacionales que tanto admirábamos.

- No es fácil mantenerse durante cuatro décadas...

En realidad lo importante ha sido la unión de los hermanos y el cariño a la música. Ser familia nos ha mantenido unidos, hay muchas experiencias de otros grupos que se separan por intereses económicos, para nosotros lo que más prima es la unión familiar.

- ¿Pero han existido momentos de crisis?

Como toda familia, nosotros los hermanos no tenemos el mismo carácter, pero nos sabemos tolerar. Obviamente hay discrepancias, pero no tan fuertes. En la música yo creo que es bueno que cada uno exponga su punto de vista, tomar un acuerdo.

- ¿Hay un estilo Agua Marina?

Cuando empezamos coqueteamos con muchas tendencias e influencias, pero luego la orquesta logró un estilo muy particular dentro de la cumbia, hay muchos grupos que tocan covers de otros y hasta copian la forma de cantar. Nosotros somos el único grupo que no toca “La cerveza” de Ráfaga (risas). Tenemos un público fiel, que nos sigue.

- ¿Y tenemos Agua Marina para rato? ¿Habrá recambio?

Nuestros hijos no integran aún la orquesta, pero llevan la música en la sangre, les gusta Agua Marina, pero la mayoría tiene otras tendencias musicales como el rock. Tenemos la esperanza de que entiendan que la cumbia es el camino, guardamos la esperanza de que ellos algún día integren la orquesta. Eso es un sueño que tenemos, pero nosotros se lo dejamos a ellos.