Desaparecidos, un dolor sin fin
Desaparecidos, un dolor sin fin

Unidos por el dolor de no saber qué ocurrió de sus familiares desaparecidos entre los años 1980 y 2000, periodo de extrema violencia política en el Perú, decenas de personas se reunieron ayer frente a las prendas de vestir de sus seres queridos en el memorial del “Ojo que llora”, en Jesús María.
Al ritmo de cánticos, niños, jóvenes, adultos y ancianos reclamaron justicia. “No están vivos ni muertos, están desaparecidos. Les prometemos que seguiremos buscándolos”, exclamó una mujer que contó que no se cansa de buscar a su padre desde hace 20 años.
En el Día de todos los Santos, cuando en nuestro país se recuerda a los muertos, los familiares se encontraron, como todos los años. No solo compartieron sus dolorosas experiencias, que en la mayoría tienen que ver con policías y militares que se llevaron a sus parientes, sino también su preocupación porque no se apruebe una ley para facilitar la búsqueda de desaparecidos.
La vocera de la Coordinadora Contra la Impunidad (CCI), Eleming Valle Rey Sánchez, confirmó la preocupación porque el Poder Ejecutivo no presenta al Congreso un proyecto de ley que establezca un plan de búsqueda de desaparecidos, con una organización y recursos específicos.
“La ley estaba por salir. Nos preocupa que no se explique la demora”, dijo al recordar que en julio pasado Gustavo Adrianzén, cuando era ministro de Justicia, prometió que presentaría el proyecto este año.
Entre los asistentes estuvieron parientes de los estudiantes de la Universidad La Cantuta, asesinados en 1992 por el Grupo Colina.