Donación de órganos salva vidas
Donación de órganos salva vidas

Patricia Garay Porras (44) y Juana Cornelio Serrano (62) comparten una historia que simboliza el amor y solidaridad por el prójimo. A pesar de no conocerse directamente, ambas tienen un vínculo muy cercano: la donación de órganos.

Generosidad. Juana Cornelio perdió a su único hijo Carlos C.C. (39) en enero de 2017. A pesar de la inmensa tristeza por el fallecimiento, decidió donar los órganos de su hijo para ayudar a otras personas. Y esa decisión ha salvado la vida de cinco personas, dándoles a cada uno una segunda oportunidad de vivir.

HISTORIA. En junio del 2016, Carlos, ingeniero de sistemas, ingresó por emergencia al Hospital Nacional Ramiro Prialé Prialé (EsSalud - Huancayo) por sufrir hemorragia cerebral. “En esa ocasión los médicos lograron salvar la vida de mi hijo. Luego de un drenaje del sangrado que sufrió, se recuperó”, manifiesta en medio de lágrimas Juana.

Seis meses después, no correría la misma suerte. En enero de 2017, Carlos tuvo otra hemorragia cerebral, pero los médicos no pudieron salvarlo.

Su madre tomó la decisión de donar los órganos de Carlos. “No se fue del todo. Le dio vida a cinco personas”, dice mirando la fotografía de su único hijo.

Al inició, lo dudó, pero luego aclaro su mente. “Fue una decisión difícil. Ahora solo espero poder ver a las personas que recibieron los órganos de mi engreído”, revela.

Juana nunca conversó con su hijo sobre el tema de donación de órganos. Pero está orgullosa de la decisión, y asegura que su hijo también lo estaría. Ahora sabe que su hijo es un héroe.

Carlos donó dos córneas, dos riñones y un hígado. Fueron tres varones y dos mujeres los receptores.

GRATITUD. Patricia Garay Porras (44) es una de las cinco personas que recibió un órgano de Carlos, quien es el primer donante cadavérico en la región Junín. Ella recibió una córnea.

“Hace nueve años me diagnosticaron queratocono en el ojo derecho, una enfermedad que hacía que mirará distorsionado, cada vez era peor”, manifestó. Hace un par de años ella entró a una lista de espera. Nunca perdió la fe. Tenía que luchar por ella y sus dos hijos. “Recibí la noticia, fue una alegría para mí, agradezco la decisión bondadosa de la madre del joven”, manifestó.

Patricia asegura que volver a mirar mejorará su calidad de vida y la de sus hijos. “Donar un órgano es un acto de amor y desprendimiento”, indicó.

Juana Cornelio recibió cinco cartas de los receptores. “Mi nombre es Juan Carlos, tengo 34 años, hace 7 años que estaba en espera de poder trasplantarme ya que por la enfermedad de la insuficiencia renal perdí mis dos riñones. Había perdido las esperanzas. Siempre pediré a Dios que los guarde y que les de consuelo y resignación”, fueron las letras de una carta.

Otra carta decía que justo cuando la juventud empezaba para un muchacho le diagnosticaron queratocono, y que después de 10 años, una cornea era compatible. “Es como ganarse la lotería. Ahora mis logros serán dedicados a él”, escribió.

Con toda esta experiencia, Juana insta a la población a donar órganos para así salvar la vida de otras personas.

EL DATO:

4 personas fallecen al día esperando un órgano en el país.

“Mi hijo seguirá viviendo en el cuerpo de otras personas. Tienen una segunda oportunidad de vida”

Según el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec), a nivel nacional 3’113,542 personas desean donar algún órgano. En la región Junín, 41,040 le dicen sí a la donación de órganos en su DNI, otras 756,151 responden no; mientras que 79,029 dejaron en blanco esta importante decisión. Sin embargo, el documento de identidad no garantiza que ocurra la donación. En la mayoría de casos, depende de la decisión familiar.

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