La caída de la “Sagrada Casta”
La caída de la “Sagrada Casta”

El 1 de junio a las 5 de la mañana, con la participación de 52 Fiscales Supranacionales y cerca de 800 policías de apoyo, se allanaron, de forma simultánea, 44 viviendas en Ica, Nasca, Arequipa, Huacho y Piura. Se incautaron más de 100 equipos celulares, 34 armas de fuego, 32 vehículos, 398 cartuchos, 400 municiones, droga y cerca de medio millón de soles. Con este megaoperativo se desarticuló a la temida “Sagrada Casta” de Ica.

Accionar delictivo. La red criminal más grande que ha existido en Ica tenía sus raíces en una familia, cuyo accionar delictivo comenzó hace varios años con pequeños robos y que fue incrementando sus fechorías hasta llegar al sicariato, pasando por el secuestro y la extracción ilegal de algas, a la par que también aumentaba sus contactos entre los policías que los investigaban, la Fiscalía y hasta en el Poder Judicial. Sin embargo, su poder y autoconfianza en que nunca le iba a pasar algo se vinieron abajo. No fue fácil, pero hoy está tras las rejas. Esta es la historia de la “Sagrada Casta” de Ica.
Ronny Echegaray Manzanilla (28), cabecilla de la banda, fue capturado cuando se alojaba en una zona roja de Ica conocida como la favela de Mollendo. Según los investigadores, el robo de vehículos, la extorsión, el secuestro y el sicariato se convirtieron en su fuerte, pero también vio dinero fácil y a manos llenas en la venta de algas marinas, así como en los robos, amenazas, asaltos y muerte de pescadores. Los malhechores tomaron posesión de más de quince playas ubicadas en el litoral de Ica, fijando su mira en la extracción ilegal y en la venta de macroalgas, que les dejaba como “ganancia” alrededor de 30 mil soles cada quince días. Hasta el mar era suyo.
La PNP y el Ministerio Público les adjudica delitos de tráfico ilícito de drogas, contra el patrimonio, extorsión, robos, hurtos y usurpaciones, contra el cuerpo y la salud, homicidio y lesiones graves, asociación ilícita para delinquir, tráfico y depredación ilegal de especies acuáticas (macroalgas marinas), almacenamiento, posesión, suministro y tenencia ilegal de armas de fuego, munición y explosivos (de uso militar restringido -de guerra- y policial), lavado de activos y hasta acciones vinculadas a la minería ilegal.

Contactos. Según la Policía, Ronny tenía como mano derecha a cuatro sicarios. A través de ellos se dirigía a los demás integrantes, quienes cumplían funciones específicas a sus órdenes.
La acusación también explica que el cabecilla tenía ojos por todos lados, pues recibía información policial reservada y alertas sobre operativos gracias a cuatro efectivos en actividad infiltrados. Ellos son el SOT2 PNP José Bedoya Vargas y el SOT1 PNP Marcos Vargas Gonza, agentes que trabajaban en la Divincri (División de Investigación Criminal), irónicamente, la unidad que investiga crímenes; el SO3 PNP Marco Antonio Pómez Poma, quien laboraba con las cámaras de videovigilancia policial y sería, según las investigaciones, el encargado de eliminar grabaciones que los identificaran o desviar las cámaras en puntos donde cometían atracos; y el policía en retiro Ricardo Valdivia Vilca, quien tenía una armería en Nasca y se encargaba de abastecer de armamento a la banda gracias a su negocio.
Para garantizar el control, la red criminal tenía como brazos legales al abogado Marco Aguado Ventura y al fiscal Iván Cajo García de la 2da. Fiscalía Provincial Penal Corporativa de Ica. Como cereza del pastel, la Policía deslizó la posibilidad de que algunos jueces favorecieron a la red criminal, pero esto no se ha podido probar.

La captura. El 2014, luego de una selección del entonces Jefe de Región General PNP Manuel Mondragón Campuzano, se crea el Grupo Especial de Investigación G3 integrado por 20 policías, con el compromiso de investigar hasta traer abajo a la “Sagrada Casta” de Ica.
El tr abajo de sus agentes no era palpable. Se basaron en el hermetismo y silencio. Pasaban desapercibidos por sus colegas, pero iban trabajando sigilosamente. Durante más de un año, se hicieron pasar como recolectores de basura y luego como personal de INEI para censar viviendas. Así, ingresaron con facilidad a la peligrosa favela, hicieron el seguimiento a los miembros de la red y lograron captar imágenes de sus movimientos y de sus bienes. A ellos se sumaron informantes que apoyaron a la Policía.
El cabecilla de la banda fue capturado en su refugio en Huacho. Ronny había pasado los últimos meses huyendo tras una serie de asesinatos cometidos en Ica directamente vinculados a la red criminal. Con él cayeron 38 miembros de la “Sagrada Casta”.