Los adaptógenos son sustancias naturales, como algunas plantas y hongos, que ayudan al cuerpo a adaptarse mejor al estrés físico, mental o emocional. El concepto nació en 1947, cuando el científico ruso Nikolai Lazarev propuso el término. Más tarde, el Dr. Israel Brekhman definió tres requisitos: ser seguros, aumentar la resistencia del organismo frente a distintos tipos de estrés y normalizar funciones del cuerpo sin alterar las que están bien.

Aunque no están oficialmente reconocidos por organismos como la OMS, la FDA o la EFSA, varias investigaciones científicas han demostrado que plantas como el ginseng, la maca, la rhodiola y la ashwagandha tienen efectos positivos sobre el sistema nervioso, la fatiga y el rendimiento mental.

Hoy, estudios respaldan su potencial, pero aún falta evidencia clínica sólida para que sean aprobados como una categoría terapéutica.

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