Los estudios muestran que tanto la dieta mediterránea como la dieta basada en plantas, que se caracterizan por ser altas en verduras, frutas, cereales integrales, legumbres, aceite de oliva y pescado, han demostrado mejoras en la inflamación.

Los fitoquímicos y la fibra de los alimentos naturales del reino vegetal son los que nos protegen. Los más recomendados incluyen verduras de hojas verdes (como acelga, espinaca y kale), crucíferas como brócoli, coliflor y col, así como beterraga, zanahoria y algas. En cuanto a las frutas, se destacan el arándano, frambuesa, uvas, granada, pomelo, ciruelas, moras, naranjas, manzanas y peras. En lo que respecta a aceites y grasas, la palta y el aceite de oliva son los más estudiados. Del reino animal, el omega 3 presente en el pescado graso tiene un efecto antiinflamatorio ampliamente comprobado.

Todos estos alimentos deben consumirse enteros o poco procesados, variando e incluyendo al menos tres de ellos a diario. Se recomienda consumir pescado dos veces por semana y evitar la fritura.

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