El mango es una fruta deliciosa, pero madura rápidamente y puede echarse a perder si no lo usamos a tiempo. Ahora que está en temporada y su precio ha bajado (más barato y dulce), puedes comprar una buena cantidad para procesarlo y almacenarlo en casa.

Primero, pela y corta los mangos en cubos o rebanadas. Puedes congelarlos en bolsas herméticas; así duran meses y sirven para batidos, postres o salsas. También puedes hacer pulpa licuándolos y guardándola en frascos o cubetas de hielo para porciones individuales. Si prefieres deshidratarlos, córtalos en tiras y ponlos en el horno a baja temperatura o en un deshidratador.

El nutriente que más se pierde en el almacenamiento y procesamiento es la vitamina C, ya que es sensible al calor y al aire. Pero no te preocupes, el mango sigue siendo una excelente fuente de fibra, antioxidantes y energía natural.

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