Tu aventura comienza en Quito, la capital ecuatoriana, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Esta ciudad colonial te cautivará con sus calles empedradas, iglesias históricas y arquitectura magnífica. Recorre el centro histórico para sumergirte en su atmósfera encantadora y visita la famosa Iglesia de la Compañía de Jesús y la Basílica del Voto Nacional, que ofrecen vistas panorámicas impresionantes de la ciudad. No olvides probar la gastronomía local en el Mercado Central, donde encontrarás delicias auténticas. (Foto: Plus Ultra).
Tu aventura comienza en Quito, la capital ecuatoriana, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Esta ciudad colonial te cautivará con sus calles empedradas, iglesias históricas y arquitectura magnífica. Recorre el centro histórico para sumergirte en su atmósfera encantadora y visita la famosa Iglesia de la Compañía de Jesús y la Basílica del Voto Nacional, que ofrecen vistas panorámicas impresionantes de la ciudad. No olvides probar la gastronomía local en el Mercado Central, donde encontrarás delicias auténticas. (Foto: Plus Ultra).

Javier Cabello

Recorrer la ciudad de Quito me ha dejado sorprendido al descubrir sus atracciones turísticas. Había considerado solo un par de días para conocer la capital de Ecuador debido a que tenía que seguir viajando a otras ciudades; sin embargo, al final tuve que quedarme una semana para poder disfrutar sus encantos así como sus majestuosos monumentos.

Cambié el itinerario que antes de viajar había planeado en Lima por lo que mi visita a la calurosa ciudad de Guayaquil tuvo que postergarse unos días. Valió la pena quedarme en Quito por un tiempo más y no podía irme sin conocer la esplendorosa Basílica del Voto Nacional, una de las iglesias más impresionantes de América Latina.

Tengo predilección por visitar iglesias y cementerios de los lugares a donde llego. Considero que allí se puede descubrir la idiosincrasia y la personalidad de un pueblo. Es decir, las costumbres y tradiciones de una sociedad. Confieso que me encanta descubrir el encanto lúgubre de los camposantos y la identidad de los templos a través de su detallada arquitectura.

La Basílica del Voto Nacional es una iglesia que rompe con el paisaje en Quito. Su presencia no pasa desapercibida. Es un monumento religioso y uno de los principales símbolos de la cristiandad ecuatoriana. Su diseño neogótico me hizo trasladar en espacio y tiempo a la Inglaterra de mediados del siglo XVIII, donde dicho movimiento artístico se originó y luego se extendió a toda Europa hasta incluso llegar a América.

Las “gárgolas”, figuras de piedra, de la basílica quiteña no son monstruos o seres mitológicos sino tortugas, monos e iguanas, animales representativos de la fauna ecuatoriana. Estas piezas arquitectónicas resaltan en lo alto de la basílica y se complementan en la decoración del edificio. Ya en el interior el panorama también es majestuoso.

El costo de ingreso es de dos dólares. Utilicé el ascensor para ir hasta el piso décimo de la basílica y poder mirar de cerca sus dos torres principales con una altura de 115 metros. También sus coloridos vitrales me impactaron al igual que su hermoso rosetón.

Desde la azotea pude observar a lo lejos a la emblemática Plaza San Francisco en el Centro Histórico de Quito. De pronto, comenzó a llover. Las lluvias son intensas y durante el invierno son imprevistas. Menos mal que en la iglesia hay una tienda de souvenirs, pagué cinco dólares y adquirí una sombrilla para no acabar empapado.

La Basílica del Voto Nacional presenta mucha similitud en su diseño con otros famosos templos del mundo entre ellos la Basílica de Notre Dame, en Francia, y la Catedral de San Patricio en Nueva York (EE.UU). Los viajes te regalan recuerdos únicos pero sobre todo experiencia de vida. Nos vemos.