El ejercicio cardiovascular (caminar rápido, trotar o montar bicicleta) favorece la salud del corazón, los pulmones y ayuda a quemar calorías. Por otro lado, el ejercicio de resistencia o fuerza (levantar pesas o hacer sentadillas) fortalece los músculos, mejora el metabolismo y previene la pérdida de masa muscular con la edad.

Ambos tipos de ejercicio ofrecen beneficios distintos y complementarios. Según estudios publicados en PubMed y Scopus, los adultos que combinan cardio y fuerza tienen menor riesgo de enfermedades crónicas, mejor control del peso, huesos más fuertes y mejor salud mental.

Las recomendaciones científicas indican hacer, al menos, 150 minutos por semana de actividad aeróbica moderada (como 30 minutos al día, cinco veces por semana) y dos sesiones de ejercicios de fuerza no consecutivas a la semana.

Lo importante es mantenerse constante y adaptar el plan a la condición física personal.

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