Consumir fruta fresca antes de las comidas principales ha sido asociado con beneficios digestivos, según algunos estudios y prácticas nutricionales.

La fruta, rica en fibra soluble, estimula el movimiento intestinal, favoreciendo una digestión más eficiente y previniendo el estreñimiento. Además, su contenido de enzimas naturales, como la bromelina en la piña o la papaína en la papaya, puede ayudar a descomponer proteínas, aliviando el trabajo del sistema digestivo.

Otro beneficio es que las frutas, al ser bajas en calorías y ricas en agua, generan sensación de saciedad temprana, lo que podría llevar a un menor consumo de alimentos calóricos en la comida principal.

Sin embargo, no hay evidencia sólida de que comer fruta antes sea superior a consumirla en otros momentos del día. Lo importante es incluirla en la dieta diaria para aprovechar sus nutrientes.