Hervir el agua es una de las formas más seguras de eliminar microorganismos que causan enfermedades. A nivel del mar, se recomienda llevarla a ebullición y mantenerla así durante al menos un minuto. Esto asegura que bacterias, virus y parásitos queden inactivos.

En zonas de altura, como los Andes peruanos, el agua hierve a temperaturas más bajas debido a la menor presión atmosférica. Por ejemplo, a unos 3,000 metros sobre el nivel del mar, hierve cerca de 90 °C. Como la temperatura es menor, el calor destruye los patógenos más lentamente. Por eso, organismos como la OMS y los CDC recomiendan prolongar el hervor a tres minutos en lugares por encima de los 2,000 metros.

Es importante hervir el agua antes de almacenarla y mantenerla en recipientes limpios y bien tapados. Así, incluso en zonas rurales o de difícil acceso, se asegura que el agua sea segura para beber y cocinar.

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