Las hojas de algunos tubérculos y raíces, como el camote, yuca y rábano, son comestibles y ricas en nutrientes. Aportan fibra, vitaminas A, C y K, además de minerales como hierro, calcio y magnesio. Su alto contenido de antioxidantes ayuda a combatir el estrés oxidativo y fortalecer el sistema inmune.

Sin embargo, algunas hojas pueden contener antinutrientes o componentes tóxicos. Las de papa y yuca cruda poseen glicoalcaloides y cianogénicos, respectivamente, que pueden ser peligrosos si no se cocinan adecuadamente. Para eliminar estos compuestos, se deben hervir en abundante agua y desechar el líquido de cocción.

En cuanto a interacciones, su alto contenido de vitamina K puede afectar la eficacia de anticoagulantes como la warfarina. Si se eligen hojas seguras y se preparan bien, pueden ser una fuente nutritiva y sostenible en la dieta.

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