Aunque muchas dietas de moda se comercializan con un halo de “ciencia”, no todas tienen una base sólida. Por ejemplo, la dieta alcalina, que sugiere que ciertos alimentos pueden cambiar el pH del cuerpo, carece de respaldo científico robusto. El cuerpo humano regula su pH de manera automática, independientemente de la dieta.

En cambio, la dieta del microbioma pone el énfasis en la salud intestinal y el papel de los alimentos ricos en fibra y fermentados. La evidencia aquí es sólida y sugiere que una microbiota diversa puede impactar positivamente en la inmunidad, el estado de ánimo y la pérdida de peso.

La fibra engloba un grupo de nutrientes presentes en frutas y vegetales que el promedio de personas no consume de manera suficiente. De ahí el resultado de una microbiota en desequilibrio que afecta la salud. Además de los alimentos, les recomiendo “Fluye” en

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