La vista se forma y fortalece desde el embarazo hasta los primeros años de vida. En esa etapa, una mala alimentación puede dejar huellas irreversibles. La falta de vitamina A sigue siendo la principal causa prevenible de ceguera infantil en el mundo. Este nutriente, junto con el zinc, permite que el ojo regenere los pigmentos que captan la luz.
También es fundamental el DHA, un tipo de grasa omega-3 que compone casi el 40 % de las membranas de la retina, y cuyo déficit puede reducir la agudeza visual hasta en un 20 %. Por el contrario, las dietas con exceso de azúcares y ultraprocesados favorecen el estrés oxidativo que daña las células oculares.
Para cuidar la vista en crecimiento, conviene incluir de dos a tres veces por semana pescado azul, como anchoveta, jurel, bonito o caballa, y a diario huevo, lácteos enteros con su grasa, camote, espinaca, palta, maíz y frutas amarillas o anaranjadas. La buena visión también se alimenta.
TE PUEDE INTERESAR:
Comer para vivir: ¿Qué es levadura nutricional?
Comer para vivir: ¿Es recomendable consumir alpiste?
Comer para vivir: ¿La betarraga baja la presión?