Lo primero que observamos del huevo es la cáscara, que se estima representa un 9% del peso total y su constituyente principal es carbonato cálcico en un 94%. El color de la cáscara depende de los pigmentos (ovoporfirinas) propios de la raza. La superficie tiene entre 7 mil y 15 mil poros que permite el intercambio de gases dentro y fuera del huevo, por eso decimos que la cáscara es semipermeable.

Luego de la cáscara sigue una capa blanquecina denominada cutícula que cierra los poros, pero que permite el intercambio de CO2 y O2. Es normal encontrar al interior una pequeña cámara de aire por contracción de las estructuras internas y que aumenta con el tiempo del huevo. En la capa interna de la cáscara también hay otra membrana que protege el interior de contaminación.

Finalmente, tenemos la clara (albúmina) que representa el 60% del peso total y, a su vez, tiene 4 capas cuya función es proteger a la yema. La yema, por su parte, representa un 30 a 33% del peso, tiene varias capas y un disco germinal donde se produce la fecundación y desarrollo embrionario (muy rico en nutrientes).

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