Qué tal!

El Jurado Nacional de Elecciones (JNE) merece un gran aplauso. Y es que fue preciso y la chuntó con la resolución que prohíbe la reelección inmediata de los actuales congresistas y, también, de los del Parlamento anterior, disuelto por el presidente Vizcarra, aunque, constitucionalmente, el segundo es la continuidad del primero para completar el quinquenio legislativo.

Dicho esto, quedan claras las reglas de juego de cara a los comicios generales de 2021 y aquellos personajes, de ayer y hoy, que pretendían repetir el plato o la mamadera, tendrán que ir a llorar a la playa.

La verdad es que, si licuamos el Congreso pulverizado, de mayoría fujiaprista, con el que preside Manuel Merino, lleno de faltosos que hasta le mentan la madre al mandatario, no saldría un padre de la patria bueno. De manera que ya es responsabilidad de los partidos llevar buena gente en sus listas al Congreso.

¿Qué caras no veremos más por el hall de los pasos perdidos? Becerril, Mulder, Jorgito del Castillo, Galarreta, Vitocho, Lescano, Alcorta, Rosa Bartra, Lucianita, Richard Acuña, Luz Salgado, José Luna (hijo), Cecilia García, Daniel Urresti y Omar Chehade, entre otros. Qué alivio, dirán muchos, ¿verdad?

La norma de Jurado Nacional de Elecciones barre con todo porque la prohibición también alcanza a los congresistas desaforados y sus respectivos accesitarios, además de quienes fueron suspendidos y los que reemplazaron a parlamentarios fallecidos.

Conclusión: Estamos ante la gran oportunidad de sentar en el Congreso a un nuevo perfil de legislador, cuya misión principal sea la de representar a su votante, despojado del cualquier interés subalterno.

Insisto, en honor al Bicentenario de nuestro país, en 2021 debemos tener una clase política distinta, renovada, inclusiva, cercana de las necesidades nacionales, y no esos cacasenos que llegan para servirse del estado. Es justo y necesario.

Esto fue todo por hoy, cierro el Ojo crítico, buen fin de semana.