¡Qué tal! Tienen toda la razón los diversos sectores laborales que reclaman al que los deje chambear porque sus negocios están a punto de quebrar o, simplemente, ya fueron.

Ciertamente, estamos hablando de los empleos formales porque no es un secreto que la informalidad ha tomado las calles, como ocurre en el emporio comercial Gamarra, y ha convertido el confinamiento dictado por el Gobierno en una “cuarentena chicha”.

Este grueso de peruanos y extranjeros hace lo que quiere en las calles y, con ellos, el virus pululando y llenando de tragedia los hospitales y los hogares. No los asusta ni la dramática falta de oxígeno ni los más de 200 fallecidos por día que registra el Minsa.

A propósito, el COVID-19 ya nos quitó a 45,487 connacionales, y hay 14,941 hospitalizados luchando por su vida. Frente a esta situación, el mandatario y su gabinete diseñaron algunos ajustes a las restricciones, pero la premisa principal sigue siendo la misma: todo está en manos de la población. Basta ya de que justos paguen por pecadores.

Si encima de que sales, no cumples con los protocolos sanitarios, le estás jugando sucio al país porque la propagación de virus está asegurada y, entonces, la cuarentena o cualquier otra medida gubernamental queda como un engaña muchachos. Ya el exministro de Salud, Abel Salinas, había advertido que el Perú atraviesa por un momento “bastante crítico” y pidió acompañar la inmovilización con medidas más drásticas.

Con o sin cuarentena, tenemos que ajustarnos los cinturones. Peruano, peruana, Israel, con un exitoso plan de vacunación y el respeto a las normas sanitarias, ha logrado un impacto directo en la caída de infecciones, hospitalizaciones y muertes por COVID-19.

👀👉 Covid-19: llegó el momento de apostar por la vida | #ConOjocrítico, la columna del director de diario Ojo, Jaime...

Publicado por Diario Ojo en Miércoles, 24 de febrero de 2021

Tanto así, que casi han conseguido volver a la normalidad y los centros comerciales, mercados, teatros y sinagogas están abiertas al público. Por qué diablos nosotros no podemos seguir ese camino, poco a poco ciertamente. Las vacunas ya están en camino, solo nos queda apostar por la vida. Como diría el “Tigre” Ricardo Gareca, pensá. Esto fue todo por hoy, cierro el ojo crítico, hasta mañana.


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