Literalmente, “Faltan cinco pa’ las 12 y el año va a terminar”. Así las cosas, se ha preguntado usted: ¿cómo le ha ido en estos 365 días? Todo depende del color del cristal con que se mire, ¿verdad?

Unos dirán que mal, que los bolsillos estuvieron con hueco, que la pasó chihuán. Y otros que fue un 2019 recontra chévere, porque los ascendieron o la hicieron linda con algún negocio emprendedor.

Pero hay un detalle que nunca debemos olvidar: Dios nos premió con un país maravilloso, diverso, admirado, al que -de repente- no estamos tratando como se merece. Dicen que aquí nadie se muere de hambre y es cierto, salvo el tremendo descuido del Gobierno sobre la anemia.

Echamos basura al mar, depredamos bosques, seguimos usando bolsas de plástico, tenemos un parque automotor contaminante, etc. Así no juega Perú.

Y a nivel político, la situación es vergonzosa. Necesitamos que las autoridades marchen a la par con las necesidades urgentes de las mayorías y que dejen de ver el Congreso como su caja chica.

La corrupción es el enemigo a vencer, y esta tarea nos compete a todos. Ya lo dijo el papa Francisco: “La corrupción es la destrucción de la persona”.

Eso fue todo por hoy, cierro el ojo crítico navideño, hasta mañana.