Si Pedro Chávarry, el fiscal de la Nación, comete la imprudencia de desmantelar el Equipo Especial del caso “Lava Jato”, tendrá que atenerse a las consecuencias. Primero, porque una eventual remoción de Rafael Vela y José Domingo Pérez retrasaría las investigaciones -para felicidad de quienes recibieron coimas de Odebrecht-, y segundo, porque el pueblo no le perdonaría esta concesión frente a la corrupción. Además, el propio presidente Martín Vizcarra ha dicho que ambos fiscales cuentan con el respaldo del Ejecutivo y que deben terminar sus indagaciones. La independencia no implica caprichos.
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