Qué tal.

El excongresista fujimorista Héctor Becerril, uno de los tantos especímenes que contribuyó a la animadversión con que se fue el Parlamento disuelto por el presidente Martín Vizcarra, ha recibido este miércoles un tremendo garrotazo judicial.

Y es que el Juzgado Supremo de Investigación Preparatoria le dictó impedimento de salida del país por 36 meses -tres años- en el marco de la investigación que se le sigue por tráfico de influencias agravado, cohecho pasivo impropio y organización criminal.

El sustento judicial para esta decisión es que todos los delitos imputados a Becerril tienen la sanción punitiva mínima de tres años de cárcel exigida. ¡Toma, mientras! Y algo que terminó por hundirlo es que existe peligro de que se fugue y encima tiene un “arraigo domiciliario débil”.

A ver, pues, ahora que peche a la justicia y despotrique, como hacía en el Hall de los Pasos Perdidos hasta por un quítame allá esas pajas.

El paladín, centinela, correveidile, guardaespaldas y urraco de Keiko Fujimori, en el afán compulsivo de defenderla, se desgañitaba acusando a tutilimundi y no dejaba títere con cabeza. “Creo, sin temor a equivocarme, que la señora Nadine Heredia debe ser la mujer más corrupta en la historia del país”, acusó alguna vez.

DE otro lado, no había día en el que no rajara del equipo especial Lava Jato, sobre todo de los fiscales Rafael Vela y José Domingo Pérez, que han mandado presos a varios corruptos y le siguen los pasos a otros. Y es que, como sabemos, había ropa tendida.

“Aún cuando discrepo de los fundamentos de la decisión del Juez Supremo Núñez Julca, para dictarme la medida de impedimento de salida del país, honraré mi palabra de honor y no apelaré dicha Resolución; soy el más interesado que se conozca la VERDAD”, posteó Becerril en su cuenta de Twitter.

Lo cierto es que ya no puede ponerse sabroso, como estilaba cuando congresista. Su reducida bancada está en otra nota, su jefa luce preocupada por su propia investigación, y salir del país en este momento es más difícil por la pandemia misma. Además, él ya tiene 62 años como para andar en correrías evasivas.

Esto fue todo por hoy, cierro el ojo crítico, hasta mañana.