Tener hígado graso o esteatosis hepática puede ocurrir, con mayor frecuencia, por un alto consumo de bebidas alcohólicas, exceso de peso y una mala dieta. Esta enfermedad no presenta síntomas, solo se descubre por evaluación del médico, y no es exclusiva de personas con exceso de peso, también pueden padecerla quienes tienen un peso normal, pero con una dieta poco balanceada.

La alimentación ayuda en gran medida a revertir el hígado graso. Algunas recomendaciones son: no consumir alimentos fritos o ricos en grasa saturada (crema de leche, mantequillas, manteca, coco, aceite de palma, etc.). Lo ideal es sustituir los lácteos enteros por descremados o semidescremados. Tampoco agregue grasa o aceite para cocinar los alimentos y retire la piel de las carnes y toda grasa visible.

Dentro de su requerimiento debe ingerir un porcentaje menor de grasa, principalmente insaturada como nueces, palta, aceitunas, aceite de oliva o sacha inchi. Evitar los azúcares refinados y almidones muy refinados como los presentes en pasta, galletas, etc. Es importante buscar asesoría nutricional.

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