La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda reducir el consumo de azúcares añadidos, pero no se refiere al azúcar natural presente en alimentos como frutas, verduras o leche. ¿Cuál es la diferencia?

El azúcar natural está integrado al alimento desde su origen, junto con fibra, vitaminas y minerales. Por ejemplo, una naranja contiene azúcar, pero también fibra, vitamina C y antioxidantes que benefician al cuerpo.

En cambio, el azúcar añadida es la que se incorpora durante la preparación de alimentos y bebidas (como en gaseosas, jugos envasados, postres o cereales azucarados). Este tipo de azúcar no aporta nutrientes y, cuando se consume en exceso, aumenta el riesgo de obesidad, caries, diabetes y otras enfermedades.

La OMS sugiere limitar el azúcar añadida a menos del 10 % de las calorías diarias. La clave está en preferir alimentos en su forma natural y evitar productos ultraprocesados.

TE PUEDE INTERESAR: