Qué tal.

Daniel Salaverry, hasta antes de asumir la presidencia del Congreso, era más fujimorista que Keiko. El exaprista ponía las manos al fuego por ella con un desprendimiento pocas veces visto.

Tanta debe ser su desazón a la interna de Fuerza Popular que ha pedido licencia temporal a la tienda naranja para estar exento de lo que están haciendo sus coleguitas.

Y dicen que hay dos cosas que han puesto verde a Salaverry: La primera, la divulgación de los chats extraídos de ‘La Botica’, esa aplicación de mensajería en la que Letona y compañía no traman cómo cambiar la alicaída imagen del Congreso sino cómo embarrar a José Domingo Pérez, el fiscal que pidió detener a la jefa naranja.

Y la otra es la desautorización de la bancada al traer de vuelta al coronel en retiro Walter Jibaja, a quien él había sacado en julio del cargo de jefe de Seguridad del Congreso. Ahora será asesor en la Comisión de Defensa con la firma también de Letona.

Ya veremos en qué acaba la naranja partida. Mientras tanto, Keiko está más preocupada en la audiencia de mañana, en la que Richard Concepción Carhuancho decidirá si la devuelve a presión, esta vez por 36 meses.

Esto fue todo por hoy, guardo el lápiz, hasta mañana.

Esto fue todo por hoy, guardo el lápiz, hasta mañana.