Durante la entrevista dominical que ofreció a cinco colegas de la televisión, el presidente  demostró -una vez más- que carece de argumentos verbales, labia, floro, empatía, simpatía, gestualidad, retórica, es decir algo de lo que le sobra a Alan García, para tratar de convencer a la gran audiencia de que no ha cometido delito alguno y, por ende, salvarse de la vacancia.

De repente, si como él dice, su caso no amerita que deje la Presidencia y que Fuerza Popular y otras bancadas están exagerando la nota, pero su sola palabra, titubeos, falta de pruebas y letargo no alcanzan para evitar la guillotina.

Se esperaba que, estando en juego su pellejo, como se dice popularmente, ayer Kuczynski iba a salir a matar con respuestas claras y convincentes, sin embargo, ocurrió todo lo contrario. Parece que sus asesores lo enviaron al cadalso y no a que busque la salvación frente a la gravedad de las acusaciones.

El jueves es su día “D” en el Congreso, y las fauces fujimoristas están listas para engullirlo, apoyado por los votos de otras bancadas. Si no cambia de alegatos y habla con mayor didáctica, habrá sido debut y despedida. Y nadie sabe qué pasará en adelante con nuestro Perú.

Esto fue todo por hoy, guardo mi lápiz democrático, hasta mañana.

Esto fue todo por hoy, guardo mi lápiz democrático, hasta mañana.