A esta altura de la tarde, mientras el Congreso debate si procede o no la vacancia presidencial a partir de la defensa opuesta por el mandatario  junto a su abogado Alberto Borea, lo primero que se nos ocurre, más allá de la resolución final, es que el jefe del Estado jugó bien sus cartas.

Llevó un abogado de peso, que además de conocer los recovecos del Palacio Legislativo, fue la lengua que él no tiene, como lo reconoció en su mensaje de anoche y su discurso de hoy. Borea, además de incidir en la inocencia de PPK y presentar algunas pruebas, llevó y trajo a los congresistas por los caminos de la meditación y la idea central de que estamos ante un golpe al orden constitucional.

No sabemos si Kuczynski finalmente se salvará de la vacancia, pero los alegatos de Borea Odría han sido impecables a partir del concepto vacío y la respuesta enredada que ofrecía el Presidente. Ambos han dejado la pelota flotando en la cancha de la oposición y la responsabilizan de lo que ocurra con el país de ahora en adelante.

Vamos a ver si el fujimorismo se anima a sacarlo, con cargo a enfrentar luego un nuevo proceso de elecciones generales, porque ya está dicho que también se irían los vicepresidentes Vizcarra y Aráoz. Dios nos coja confesados.

Vamos a ver si el fujimorismo se anima a sacarlo, con cargo a enfrentar luego un nuevo proceso de elecciones generales, porque ya está dicho que también se irían los vicepresidentes Vizcarra y Aráoz. Dios nos coja confesados.