Qué tal.

“Sentí miedo, pero no a la muerte, sino a morir sin haber unido más a mis hijos”. Alberto Fujimori, 6 de setiembre de 2017.

¿Qué pasó con el expresidente? Se sabe que está mejor de salud y, encima, recuperó la libertad gracias al indulto de PPK, sin embargo, sus hijos Keiko y Kenji se sacan los ojos a diario y el primero ha sido expulsado de Fuerza Popular, junto a tres de sus “avengers”, para felicidad de Becerril y Salaverry.

¿O ya no quiere unirlos, como decía el año pasado, con una taquicardia encima? Y cuidado que algunas personas analíticas creen que todo este show de la pelea entre hermanos es un “teatro peruano-japonés” estratégico de cara a las elecciones generales de 2021.

En ese sentido, como líder histórico, Alberto Fujimori está llamado a poner orden en la tienda naranja y acallar las diatribas entre keikistas y kenjistas o entre los “avengers” y los “mototaxi”, como también los llaman.

Todo indica que el paso inicial del exmandatario será apostar por uno de sus hijos en contienda. Y allí puede arder troya. Si don Alberto le pone sus fichas a Kenji, de seguro Keiko explotará, junto a sus paladines ya conocidos, porque simplemente ella se cree la dueña del circo. Alisten su canchita que esto se pone bueno.   

Todo indica que el paso inicial del exmandatario será apostar por uno de sus hijos en contienda. Y allí puede arder troya. Si don Alberto le pone sus fichas a Kenji, de seguro Keiko explotará, junto a sus paladines ya conocidos, porque simplemente ella se cree la dueña del circo. Alisten su canchita que esto se pone bueno.