Es común escuchar que beber agua durante las comidas puede diluir los jugos gástricos y afectar la digestión. Sin embargo, este es un mito que no tiene respaldo científico. Los jugos gástricos son muy ácidos y el cuerpo tiene la capacidad de ajustarlos para adaptarse a diferentes volúmenes de alimentos y líquidos sin que su funcionamiento se vea afectado.
De hecho, beber agua durante las comidas puede facilitar la digestión. Ayuda a ablandar los alimentos y favorece su transporte por el sistema digestivo, promoviendo un proceso digestivo más eficiente. No solo es seguro, sino que puede ser beneficioso para el organismo, ya que el agua también colabora en el proceso de absorción de nutrientes.
El verdadero riesgo para la digestión proviene de bebidas azucaradas o alcohólicas. Estas pueden irritar el estómago o agregar calorías innecesarias a la dieta. Por lo tanto, es recomendable disfrutar de las comidas acompañadas de agua para asegurar una digestión óptima, manteniendo la salud digestiva sin comprometerla.
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