¡Habla sobrino! Esta semana estoy revisando los datos de inseguridad ciudadana y la cosa va fea, sobre todo en Arequipa, Puno y Cusco donde más de un tercio de mayores de 15 años ha sido víctima de algún delito a abril de este año. Para que te hagas una idea: 2.5 millones de personas fueron víctimas de robo en 2023. Otro crimen cada vez más preocupante es la extorsión que, solo en Lima, afectó a casi 20 mil personas. Una barbaridad.

Por eso, empresas, familias y Estado se gastan un dineral en buscar más seguridad. Según datos de mis sobrinos de Confiep, le cuesta al Estado más de 12 mil luquitas procesar a un solo delincuente y el proceso de detención en flagrancia (con las manos en la masa) puede demorar hasta 21 meses. Además, poco más de la mitad de los delincuentes que detiene la Policía terminan en la cárcel.

Menos Estado ausente y más inteligencia e información para cortar problemas de raíz. Porque ya sabes, sobrino: cuando el gato no está, los ratones bailan.

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