El Jueves Santo marca el inicio del Triduo Pascual y, en muchas culturas, también llega con tradiciones culinarias que combinan espiritualidad y cuidado del cuerpo. En este día, muchas familias optan por no consumir carne roja, reemplazándola por pescados, mariscos, legumbres y platos a base de vegetales.
Esta práctica no solo responde a motivos religiosos, sino que también promueve una alimentación más ligera y saludable. Platos como el escabeche de pescado, tacu tacu con huevo o guisos de lentejas suelen estar presentes en la mesa, ofreciendo una rica fuente de proteínas, fibra y grasas buenas.
Más allá del ayuno o la abstinencia, este día nos invita a reflexionar sobre el equilibrio, la sencillez y el valor simbólico de los alimentos. Comer con conciencia también puede ser un acto de conexión espiritual: con nosotros mismos, con nuestras raíces y con quienes compartimos la mesa.
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