Justicia para grandes y chicos
Justicia para grandes y chicos

La pelea en el Ministerio Público por la elección de Gladys Echaíz como su representante ante el Jurado Nacional de Elecciones(JNE) es un indicio más de lo mal que anda la justicia en el Perú. Si los más altos dignatarios del poder judicial están como perro y gato, ya nos imaginamos lo que sucede en las instancias menores donde se llegan a descubrir hasta casos de corrupción. Las pugnas por el poder en la cúpula son más que evidentes y encima está de por medio el primazo de Nadine Heredia, Carlos Ramos Heredia, quien al principio negó ser familia de la primera dama, pero que luego aceptó ser un pariente lejano y que ni siquiera la veía.

Todo hace indicar que es una jugada para entronizarse en el poder con la complicidad de algunos personajes que también quieren ganarse alguito con la pareja presidencial. Se ve que Ollanta y Nadine están buscando la forma de blindarse y dejar en puestos claves a personas de su confianza que les cuiden las espaldas cuando ya no estén en palacio de gobierno. Les podría ocurrir lo mismo que han hecho con los ex presidentes Alan García y Alejandro Toledo. Las miras de Ramos Heredia apuntan a ser fiscal de la nación para lo cual le han hecho una jugada sucia a la doctora Echaíz como ella misma lo ha denunciado y por lo cual se vio obligada a renunciar, asqueada por tan burda maniobra de tres de sus colegas que según ella no son mayoría.

Lo cierto es que en toda esta jugada hay algo raro. Para algunos entendidos Ramos Heredia era el indicado para ir al Jurado Nacional de Elecciones aunque no necesariamente tenía que ser así. Los fiscales supremos se eligen entre sí y saben quién es quién. El fiscal de la nación, José Peláez Bardales, ha acusado a Gladys Echaíz de hacerle mucho daño a la institución con sus denuncias y lo que ha trascendido es que Peláez está buscando la reelección. Algo hay. Porque ya limpió a Alan García y también ya dijo que Alejandro Toledo no es culpable en el caso Ecoteva y no hay indicios de enriquecimiento ilícito. Se ve que quiere estar bien con Dios y con el diablo.

De hecho, no se ve bien que en lo más alto de la fiscalía de la nación hayan pugnas que sin duda reflejan tendencias o favoritismo hacia determinados personajes de la política aunque lo nieguen los fiscales. Lo bueno es que Gladys Echaíz ha sido clara en decir que ella no quiso ir al JNE para evitar un conflicto de intereses ya que su esposo es un fervoroso militante aprista en Chiclayo. Ojalá que los otros fiscales supremos dijeran quiénes son sus padrinos o con quienes están amarrados como lo ha dado a entender la fiscal renunciante. Todo hace indicar que dentro de los encargados de administrar justicia hay una gran injusticia. Y si entre ellos hay este tipo de peleas y malos entendidos, sin duda que sus broncas y preferencias hacen sospechar que en algo se inclina la balanza en el momento de dar un fallo o administrar justicia. Ante la ley hay que ser claros, justos y transparentes con todos, sean grandes o chicos. Que nadie tenga corona y lo malo hay que combatirlo con todo, caiga quien caiga.

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