¿Sabías que una buena carcajada puede relajar más que una hora de yoga? Lejos de ser un simple acto espontáneo, la risa es un fenómeno poderoso que entrelaza la salud física, emocional y espiritual.
Risa, cerebro y energía
Desde la infancia, el ser humano nace con el potencial de reír y llorar con libertad. Sin embargo, en la adultez, muchas veces ese impulso se reprime. “Los hombres no lloran”, nos dijeron, bloqueando así dos grandes expresiones emocionales que protegen el cerebro y armonizan el sistema nervioso.La risa, además, activa lo que podríamos llamar una “dinamo genética”: libera endorfinas y dinorfinas, sustancias que generan placer, reducen el dolor y fortalecen el sistema inmune. No por gusto el apóstol Lucas la consideró sagrada, y Proverbios 17:22 la confirma como medicina: “El corazón alegre mejora la salud; el espíritu triste seca los huesos.”
Masajeador natural del cuerpo
Cuando reímos, el diafragma vibra como un masajeador natural que beneficia órganos internos, en especial el hígado. Así como la ira lo inflama, la risa lo relaja. El aura se expande, los chakras giran, y el cuerpo entero lo agradece. En sobremesas alegres, no solo se digiere mejor: se vive mejor. Incluso una siesta feliz después de una buena risa revitaliza cuerpo y ánimo.
Lo que bloquea la risa
• Falta de sol, magnesio, vitaminas B1 y B2 (claves para el buen ánimo). • Medicamentos que deprimen el sistema nervioso.• Falta de perdón diario: un corazón resentido ríe poco.• Pérdida de vocación: sin sentido, no hay risa con propósito.
El humor cura
Sonríe al espejo, ríe con el amigo (nunca del amigo) y aprende del niño que ríe y llora con autenticidad. Los grandes comediantes lo sabían: Cantinflas, Chaplin, Cachirulo, Copetón, Pepe Biondi, El Gordo y el Flaco. Cada uno fue un sanador en tiempos difíciles.Incluso el alimento puede ayudar: el ajonjolí, rico en metionina y vitamina B1, aporta energía y alegría. Por eso se le llama el aceite de la larga vida y, como la risa, extiende la existencia.
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