¡Sobrino! Esta semana he posado mis antenitas de vinil sobre las finanzas públicas. Como en todo hogar, el Estado debe ser cuidadoso en equilibrar sus ingresos y gastos. Con ello calcula si tendrá ahorros o si necesitará pedir prestado para cubrir el llamado “déficit”.

Ese equilibrio se llama sostenibilidad fiscal y te cuento que en esa materia hemos venido siendo de los más chancones de la clase. Pero mis sobrinos entendidos me dicen que el MEF está siendo muy optimista con sus cálculos. Para el 2024 ha planteado un presupuesto bastante mayor al de este año, pero lo que recauda el Estado ha caído 12 % en este primer semestre.

Con menos plata, ¿cómo vamos a financiar tanto gasto? Mis patas del Consejo Fiscal ya vienen advirtiendo que, ante un mínimo incidente que traiga más gastos, incumpliremos nuestras metas para mantener este preciado equilibrio. ¡Estamos al límite y no sabemos qué tan grave viene El Niño! Sin que panda el cúnico, debemos ser muy vigilantes con la calidad del gasto o el pato lo pagamos todos.