¡Habla, sobrino! En su (larguísimo) mensaje del 28, la presidenta habló de un futuro promisorio para Petroperú, que viene operando a mayor capacidad y que pronto exportaría combustible a Ecuador.

Suena bien, pues ingresos no le sobran a esta empresa, pero toca ser realistas. Es un caos financiero: en 2024, Petroperú perdió más de 1,400 dólares por minuto. Una barbaridad. Además, tiene un déficit de capital de trabajo de mil millones de dólares. Es como que tengas tu casita, estés endeudado hasta el cuello por haberla comprado, y que no solo no puedas pagar tu deuda, sino que no te alcance ni para el agua y la luz.

Por eso han salvado tantas veces a Petroperú. Desde 2013, se acumulan 24 mil millones de soles en ayudas del Estado que tú y yo terminamos pagando. Además, para transportar petróleo de Ecuador a Perú habría que usar el Oleoducto Norperuano, que está tan chancado que necesita una inversión de unos 800 millones de dólares para funcionar bien. Así que ya sabes, sobrino: la cancha bien pintada.

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