Si los congresistas de Perú Libre Waldemar Cerrón, Flavio Cruz y Wilson Quispe quieren dar vivas a un delincuente prófugo como Vladimir Cerrón, deberían hacerlo con su plata y no aprovechando los viáticos que le paga con fondos públicos el Congreso para que tengan su semana de representación. La plata de todos los peruanos no puede ser utilizada para respaldar a un ladrón que tiene vigentes dos órdenes de captura por haber metido la mano en los presupuestos públicos. Ojo que Waldemar es vicepresidente del Poder Legislativo, aún así, se puso a apoyar públicamente a un evadido de la justicia que por estos días ha cumplido cuatro meses en la clandestinidad y burlándose de las autoridades. Es evidente que acá tendría que intervenir la Comisión de Ética, pero este grupo de trabajo sirve de poco o nada, pues allí todo se arregla bajo el slogan de “otorongo no come otorongo”. Está claro que nada les va a pasar a estos tres legisladores, hinchas de un hampón que nos ha robado a todos.