Pedro Castillo se reunió la tarde de este martes con miembros del Congreso. (Foto: GEC).
Pedro Castillo se reunió la tarde de este martes con miembros del Congreso. (Foto: GEC).

Luego de decretarse -entre gallos y medianoche- el toque de queda en Lima y Callao, tirios y troyanos, propios y extraños entienden que el presidente Pedro Castillo tocó fondo en su conocida escasez operacional para dirigir las riendas del país. Por ejemplo, una de sus importantes aliadas, como es Verónika Mendoza, expresó: “Mi total rechazo a esta medida arbitraria y desproporcionada que antes se impuso en el Corredor Minero del Sur y otras regiones y que nunca resolvió nada; por el contrario, puso en riesgo los derechos humanos y ahondó la distancia entre el Estado y la gente”. Y es que el profesor chotano anda sin brújula, en la luna de Paita (con una incompetencia total permanente, como editorializa El Comercio) y pareciera que sus principales asesores siguen siendo sus sobrinos prófugos o el gabinete en la sombra. Por lo demás, encerrar al pueblo para que no proteste, suele ser una de las prácticas de gobiernos autoritarios y de incapacidad moral permanente como el que practica el fanfarrón Nicolás Maduro en Venezuela, amén de otros caimanes del mismo pozo.

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