El gobernador de La Libertad César Acuña ha estado en Palacio de Gobierno pidiendo medidas excepcionales para la lucha contra la brutal ola de criminalidad que afecta a su región desde hace años. Hasta allí todo muy bien. Sin embargo, el famoso “plata como cancha” peca de fresco, pues en el primer año de su gestión no ha invertido un sol en la seguridad de los liberteños que padecen asesinatos, extorsiones y hasta secuestros. Ahora ha llegado a Lima a quejarse y a pedir de todo, ¿pero, qué ha hecho a lo largo del 2023? Nada, solo tomarse 45 días de vacaciones y cambiar de gerentes y funcionarios a cada momento porque uno termina siendo peor que el anterior. Además, Acuña cuenta con una bancada en el Congreso que podría haberle dado una mano para impulsar la lucha contra la criminalidad. En Trujillo y en toda la región La Libertad hay mucho que hacer, pero una autoridad que ha estado de brazos cruzados por un año, no puede exigir mucho.