Ayer ha sido escandalosa la forma en que se encerró a los periodistas que habían sido convocados para cubrir en Chorrillos una actividad oficial de la presidenta Dina Boluarte con motivo del simulacro nacional. El objetivo de esta medida era evitar que le hagan preguntas sobre temas de coyuntura, teniendo en cuenta que la señora no declara a los medios desde hace 50 días, cuando salió con la historia de que su “wayki” Wilfredo Oscorima le había prestado los relojes de lujo que estuvo luciendo. ¿Cuál es el temor? ¿Por qué no da la cara? No se trata de curiosidad de los periodistas, sino del derecho de los ciudadanos a estar debidamente informados del quehacer de las autoridades que han elegido. Además, los hombres y mujeres de prensa habían sido convocados para la actividad. La mandataria está actuando como el impresentable de su antecesor, Pedro Castillo; y miren cómo este terminó: convertido en un vil golpista, encerrado en una celda, y acusado de diversos delitos por los cuales debe responder.