El prófugo Alejandro Sánchez Sánchez, el dueño de la guarida del pasaje Sarratea, en Breña, donde el golpista Pedro Castillo sostenía reuniones clandestinas con autoridades, políticos y proveedores, está tratando de mover cielo y tierra para no ser expulsado al Perú desde Estados Unidos, donde fue arrestado mientras trataba de ingresar ilegalmente desde México como parte de su fuga del brazo de la justicia peruana que lo busca por su participación en la red de corrupción encabezada por el profesor, quizá el presidente más inepto y corrupto de nuestra historia. El hombre tiene mucho que contar, como por ejemplo el nombre de las personas que le facilitaron la fuga del Perú mientras se supone que era una persona buscada por la Policía Nacional. ¿Se animará? Este sujeto es uno de los que personifica el manejo nefasto que tuvo el chotano de la administración pública, donde los sinvergüenzas, incompetentes y envarados entraban a cargos públicos como si nada. Esto tiene que ser aclarado y sancionado.