La madrugada del jueves, el empresario Miguel Ángel Requejo discutió con un grupo de comensales al interior de un restaurante en La Molina. Según testigos, el hombre estaba visiblemente bebido. Luego de un enfrentamiento físico y verbal con los clientes, Requejo salió del local y sucedió lo impensable. Tomó su camioneta de alta gama y la estrelló contra el restaurante, destrozando un muro y todo lo que estaba a su paso, dejando varias personas heridas, una de ellas con lesiones graves. Para los testigos, el empresario estaba ebrio; sin embargo, el dosaje etílico arrojó que tenía 0.36 gramos de alcohol por litro de sangre, menos del límite permitido que es de 0.5. Esta situación resulta irregular para los familiares de los afectados, pues lo hecho por este hombre no lo hace alguien en sus cabales. Por ello, expresaron su temor a que Requejo esté usando influencias o contactos personales para evitar su detención y reducir su responsabilidad penal. Haría mal la Policía en cubrir un hecho que a todas luces merece una fuerte sanción y la inhabilitación de por vida de la licencia de conducir.