Y se repetió el “Por Dios y por la plata” en la juramentación de una autoridad electa. Ocurrió en el distrito de Checacupe, en la provincia de Canchis (Cusco), cuando el flamante alcalde Percy Cueva oficializaba al equipo de regidores. Desde luego, abundaron las burlas y el video corrió como reguero de pólvora por las redes sociales. La impronta no pasaría de la anécdota si no fuese porque las alcaldías, además de las gobernaturas, también han sido epicentros de corrupción. No sabemos si el inconsciente traicionó al burgomaestre o, simplemente, fue una resultante del nerviosismo frente a la responsabilidad edil, pero la población espera que vayan desapareciendo los políticos que ven al Estado como un botín. Que no cunda el mal ejemplo de Pedro Castillo, quien además de estar preso por golpista tendrá que afrontar ocho carpetas fiscales por supuestamente encabezar una mafia uñas largas. El voto del pueblo es sagrado y se honra por encima de todo.