Tiene razón el premier Alberto Otárola al afirmar desde Arequipa que los actos violentos que generaron muertes a fines del 2022 e inicios del 2023 fueron promovidos por turbas que querían derrocar al recién instaurado gobierno de Dina Boluarte, en su afán por defender al inepto y corrupto régimen de Pedro Castillo, el que salió por la puerta falsa de Palacio de Gobierno y directo a la cárcel por dar un golpe de Estado. Aún así esta gente lo quería de vuelta en el poder. Son ellos los que estuvieron detrás de esas movilizaciones en las que se atacó a las fuerzas del orden, se intentaron tomar aeropuertos y se destruyó propiedad pública y privada. Buscaban el estallido social y colocar un presidente a su medida, cuando la sucesión constitucional era y es muy clara. Soñaban también con una asamblea constituyente para acabar con las libertades y adueñarse del país. Esta vez no lo lograron, pero no se debe bajar la guardia.