En provincias, más en donde aún se registran protestas, se acusa a Lima de ser la capital que vive a expensas del resto del país y ser una especie de isla llena de privilegios y comodidades. Una premisa alejada de la verdad, porque la mayoría de la población limeña está conformada por gente que llegó del norte y sur, del ande y la selva, o son hijos de estos que viven en Villa El Salvador, San Juan de Miraflores, Ate, San Juan de Lurigancho (con más de un millón de habitantes), Independencia, Comas, Carabayllo o Puente Piedra. Y está Ventanilla, el más grande distrito del Callao, entre otros. Y en estas zonas hay carencias de servicios básicos, entre otros problemas graves. Y en medio de estas dificultades, la gente sale adelante como comerciante, transportista, obrero de construcción o en cualquier otro oficio.
Es decir, en la misma Lima hay mucho por hacer. Que los mensajes de odio y divisionismo cesen y den paso a las verdaderas demandas sociales.