El país está nuevamente de luto por el asesinato de cuatro efectivos del Ejército, a quienes acribillaron sin piedad en un paraje del distrito de Putis, provincia de Huanta, región Ayacucho, donde en el pasado ya sucedió un hecho de sangre. En la acción también resultaron heridos un policía y dos soldados. Los criminales son terroristas, residuos de la banda terrorista Sendero Luminoso dedicados al tráfico de droga, la propia o la de otros mafiosos que les pagan por “protección”. Desde este espacio queda exigir a las autoridades la ubicación y la captura de estos salvajes, así como los máximos honores a los caídos y el total apoyo a sus familiares de parte del Estado. Ellos los ven partir a edades tempranas, a sus padres, hijos, esposos y hermanos y merecen apoyo. El terrorismo inició su accionar hace 43 años, precisamente en Ayacucho, y lamentablemente el Perú no logra sacudirse del todo de esta lacra que vuelve a enlutar a todo un país.