Una nueva tragedia en las pistas enluta al país. Ayer despertamos con la terrible noticia de que diez personas, entre ellas dos menores de edad, habían perdido a vida en Vitor, región Arequipa, tras un choque en la misma Panamericana Sur. Situaciones como estas son constantes en nuestro país, por lo que urge tomar acciones a fin de evitar que más peruanos sigan perdiendo la vida por culpa de la mala calidad de las vías, de la falta de control o por irresponsabilidad de los propios conductores. Si en Lima la cosa es compleja y caótica incluso muy cerca del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), de la Municipalidad de Lima o de la sede de la Autoridad de Transporte para Lima y Callao, es fácil imaginar lo que se vive en zonas alejadas, donde la autoridad estatal no existe. Los peruanos no pueden seguir muriendo tras iniciar viajes que no les ofrecen garantía alguna. Es un problema de larga data, pero nadie ha querido tomar el toro por las astas, también por acción de mafias que incluso tienen infiltrado el Congreso para seguir haciendo lo que les dé la gana.