La cruda realidad: Vendedor de sebo de culebra

Vacío, nada de nada. Y si lo quiere de otra manera, más de lo mismo, populismo barato, victimización y ni una pizca de mea culpa por los pecadazos que han dado pie a cinco investigaciones en su contra en la Fiscalía. Así fue el mensaje a la Nación por Fiestas Patrias que ofreció el aún milagrosamente presidente Pedro Castillo. El “prosor” confirmó, además, que es un vendedor de sebo de culebra porque anunció “sorpresas” en su discurso de marras y lo único que escuchamos fue una retahíla de “se harán”, generalidades y su ya conocida animadversión a la prensa. En esa línea, sin vergüenza alguna, el mandatario dijo que está acusado de corrupción sin ninguna prueba. “Se van a cansar de buscar las pruebas porque no las van a encontrar”, advirtió. O sea, para él los negociados de sus familiares y la fuga de gente de su entorno es moco de pavo. El país no aguanta tanta mediocridad en el gobierno y menos que lo vean como un botín. “Renuncia”, le gritaron algunos congresistas a Castillo y, en verdad, es el deseo de la mayoría de peruanos inmersos en la frustración. ¡Basta ya!