Si a los congresistas tanto les gusta viajar y pasarla bien, pues salgan del país con la suya en lugar de estar dando vergüenza al ausentarse del país con todos los gastos pagados por empresas extranjeras. Hace poco hemos visto a seis legisladores que, contra viento y marea, y a pesar de las críticas, viajaron a China a hacer nadie sabe qué. El colmo de la desfachatez ha sido ver a la misma presidente de la Comisión de Ética, Karol Paredes, integrando la lista de estos viajeros de la vergüenza. La supuesta “ángel guardián” de la moral y la ética del Poder Legislativo, también metida en esos asuntos tan dudosos que echan bastante tierra a los congresistas, cada vez más degradados. Esta señora es la misma que en un programa de televisión dijo que no sabía cuánto costó su hotel, ni qué comió, con la evidente intención de no explicar nada de este periplo que, sin duda alguna, no traerá beneficio alguno para los peruanos que seguirán padeciendo las necesidades de siempre.