Un estudio publicado en Nutrients (2025) comparó la dieta keto con otras dietas bajas en calorías. Sus resultados muestran que la keto puede ayudar a perder peso más rápidamente, especialmente durante las primeras semanas (hasta 4,5 kg), debido a la pérdida de agua y la reducción del apetito.

Además, mejora el control de la glucosa, la sensibilidad a la insulina y disminuye la inflamación en personas con obesidad o diabetes tipo 2.Pero no todo es positivo: la dieta keto ocupó apenas el puesto 25 en el ranking de mejores dietas generales en 2024.

¿La razón? Mal diseñada, puede basarse en productos ultraprocesados bajos en carbohidratos pero poco nutritivos. Además, no resulta fácil de mantener a largo plazo y puede provocar efectos adversos como dolor de cabeza, estreñimiento o fatiga.

En conclusión, aunque la keto funciona, no es mágica. Como toda dieta, requiere planificación, balance y seguimiento adecuado para ser realmente eficaz.

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