Qué tal.

Si algo ha ganado el juez Richard Concepción Carhuancho es respeto, porque se entiende que actúa pegado al debido proceso y con la presión política guardada en su maletín.

Así ocurrió cuando tuvo que enviar a prisión preventiva por 18 meses a la expareja presidencial Ollanta Humala y Nadine Heredia. Y todos aplaudieron. Con Alejandro Toledo también ha sido estricto y si no lo extraditan hasta ahora de EE.UU. es por culpa de la parsimonia del Ministerio Público.

Dicho esto, hacen mal los fujimoristas en calificar de vendetta, persecución, agravio y atentado contra la democracia el hecho de que Concepción Carhuancho haya solicitado el allanamiento de dos locales partidarios de Fuerza Popular.

La justicia, a través de la Segunda Fiscalía Supraprovincial Corporativa Especializada en Lavado de Activos y Pérdida de Dominio, busca información útil para la investigación por supuesto lavado de activos durante la campaña presidencial de Popular de Fuerza en 2011 a partir de una anotación de Marcelo Odebrecht en la que aparece Keiko Fujimori.

De manera que no hay por qué chistar tanto y ametrallar al Fiscal de la Nación Pablo Sánchez, a quien los naranjas se la tienen jurada, sobre todo Becerril y Salaverry. El que no la debe, no la teme, como diría Alan García.

Esto fue todo por hoy, guardo el lápiz, hasta el lunes.

Esto fue todo por hoy, guardo el lápiz, hasta el lunes.