Las proteínas son clave para que el cuerpo funcione bien: construyen músculos, reparan tejidos y hasta producen hormonas. Sin suficiente proteína, se sentirá débil, perderá masa muscular y hasta el sistema inmune se verá afectado.
Por eso, es ideal incluirlas en las tres comidas principales. Un buen desayuno con huevo o yogur griego, un almuerzo con carne, pollo o pescado, y una cena con queso, tofu o atún, ayudarán a mantenerse fuerte.
El cuerpo aprovecha mejor las proteínas de carnes magras, como pollo, pavo y pescado, ya que tienen aminoácidos esenciales de alta biodisponibilidad y son fáciles de digerir. Si se elimina la carne roja, se podría perder hierro y vitamina B12, lo que podría causar fatiga y anemia si no se reemplaza con otras fuentes, como legumbres, huevos y lácteos.
Uno o dos huevos por la mañana y una pieza de pollo en el almuerzo y cena pueden cubrir las necesidades del día.
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