Lo primero que necesitan saber es que estos alimentos por sí solos no son suficiente para evitar o causar un accidente cerebro vascular. La información que les comparto sirve para que aquellos que reducen el riesgo, puedan incluirlos con mayor frecuencia, y los que elevan el riesgo los disminuyan o eviten su consumo.

Se estima que las intervenciones dietéticas pueden reducir el riesgo de ACV hasta en un 19%. Seguir una dieta mediterránea que incluya mucha fibra de verduras, frutas frescas, semillas, pescado graso (no frito), al menos unas 3 veces por semana; aceite de oliva a diario, al menos, 1 cucharada al día (no en cocción), y cereales integrales.

De otro lado, la grasa animal y carnes muy procesadas deben evitarse, así como los azúcares añadidos y bebidas con alcohol. Entre ellos podemos mencionar la crema de leche, manteca de cerdo, crema chantilly, carnes curadas y embutidos.

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